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Porque sobre lo ideal, se ha escrito demasiado.

Soberbios, followers & cia

domingo, 27 de octubre de 2013

Putas y princesas.

El momento exacto en el que todo se desmorona, el momento en el que todo lo que fuiste y conociste no te vale de nada.

Es el instante en el que aprietas el gatillo y comienza tu propia reencarnación, sobre tu mismo cuerpo, el formato no cambia… el contenido, con suerte sí. Empieza tu autodestrucción. Cuando la que fue princesa, se vuelve puta, y no una cualquiera, sino la más puta si nos ponemos a comparar.

La culpa no fue suya, fue tuya por confiar. Por dar tu brazo a torcer, por no saber pararle los pies.

Cambiar las coronas y los bailes reales, por un paquete de cigarrillos y un botella de vodka. A nadie le importa de dónde vienes, ni cuales fueron los motivos que te hicieron llegar hasta aquí. Solo importa cómo te mueves, cuánto enseñas, y hasta dónde estás dispuesta a llegar con cualquier sapo que fácilmente confundirás con un príncipe.

Qué tonta eres. Qué idiota fuiste. Qué zorra serás.

Esperas conseguir ser una zorra, considerando zorra como sinónimo de astuta, claro.

Ya no importa el protocolo, ni los buenos modales. Dime cuanta pierna enseñas y te diré cuántos van a caer esta noche a ras de tus tacones. Sentirte deseada mejor que sentirte admirada, preferir que te inviten a una copa antes de que te juren amor eterno.

Cuando una princesa se transforma en puta, que tiemble la ciudad. Y que corra lo más deprisa y lo más lejos que pueda, el motivo (que con casi toda seguridad tenga el centro de decisiones entre las  piernas) que causó esa transformación.

Cambiar un castillo por un bar. Sentirse rubia sin ser natural. Cualquiera estaría dispuesto a pasar una noche contigo, temen el momento en el que les digas que son tus mejores amigos. Pensar en nada y acabar con todos. Creer que disfrutarás cuando ese cabrón vea lo que ha desperdiciado. Seguir bebiendo, y seguir bailando. Vicios callejeros, besos traicioneros. Saber que detrás de tu falda tienes unos cuantos perritos falderos. Tú con esas ganas de nada y ellos con tantas ganas de cama.

Sentir que tú no eres más que un puñado de celos. Celos de saber que está y que no es contigo. Sentir que fuiste musa de un fracasado poeta, que te prometió mil mentiras por satisfacer su bragueta.

Nadie sabe que esta puta, no ha dejado de ser princesa. Sigue sintiendo, etiquetando emociones, sufriendo por cualquier cosa solo de puertas para dentro. Que esa puta que parece ir por el camino de la perdición, no puede evitar mirar atrás, deseando que en cualquier momento el que fue príncipe, la vuelva a rescatar. Demasiado rota para ser princesa, demasiado frágil para ser puta.


Tacones altos para intentar elevar la poca dignidad que le quedó después de una eternidad arrastrándose por ese cabrón. Vértigo. Las mentiras que sustentan no son buenos pilares. La fecha de caducidad de su felicidad la tiene tatuada entre las piernas. Qué casualidad que coincide con el día exacto en el que el valiente hijo de puta, dejo su cama por visitar otras cuantas más.


Marina Viloria


Reinas de la Maldad; os dejo una entrada que escribí hace algún tiempo, y hoy he tenido la necesidad de publicar. Sé que es una vuelta al pasado, tratando los mismos temas y de la misma forma que solía hacerlo. Os habreis dado cuenta que tras un verano apenas sin actualizaciones y un año pasado escaso de inspiración, estoy tratando de volver a actualizar cada poco tiempo. 
Como siempre os recuerdo que podeís seguir la cuenta del blog en twitter (@ReinaDeLaMaldad) o mi cuenta personal (@maarviloria). 
Si alguien quiere colaborar con el Blog, o tiene alguna idea, puede ponerse en contacto en mirincondesoberbia@hotmail.com

Siempre vuestra, nunca suya.

lunes, 14 de octubre de 2013

A MI YO DEL FUTURO

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Martes 2 de Octubre de 2012

A mi yo del futuro:

En estos momentos, estoy vacía. Ya casi han pasado dos meses desde que puso punto y final a nuestra relación. Una relación que por lo que se ve para mi solo tiene sentido cada vez que se termina.
Tal  vez, este no sea como los otros finales. Tal vez este sea el adiós definitivo, pero a día de hoy, no me lo termino de creer. No puedo creerme que se haya cansado de estar a mi lado, que mis rabietas de niña consentida le hayan hecho llegar al límite y que mis juegos consiguieran que se cansara de compartir tiempo conmigo.
Si estás leyendo esto es porque probablemente haya pasado algún tiempo. Si en ese tiempo, consiguiste una oportunidad (otra más), recuerda lo que has pasado, lo que estoy pasando y lo que me temo que me va a tocar pasar. No hagas el bobo, ahora mismo estoy muerta por dentro. No tengo fuerzas para nada, porque solo pienso en él, y desde que se fue nada tiene sentido. Recuerda, esta impotencia que siento ahora mismo cuando le digo que le quiero, y siento que las pocas veces que me contesta lo hace por obligación. 
Si no ha vuelto, que es lo más probable, llevate el siguiente consejo: si juegas con fuego, te quemas; tarde o temprano te quemas. Pero también recuerda que fueron tres años tormentosos y preciosos, con nuestras idas y venidas, pero maravillosos. Aunque ahora nada tenga sentido espero que en unas semanas, tal veces meses, incluso años, tenga respuestas a todas las preguntas que aún no tengo resueltas. Espero que en un periodo razonable de tiempo, pueda volver a sonreír como lo hacía hace dos meses, pueda volver a reír sin motivo... que ya no me haga falta para vivir.
Si hubiera otra persona, no la cagues, aunque no sientas lo mismo que siento hoy por él, no metas la pata en el futuro como yo lo hice en el pasado porque nos conocemos. 
Ahora, todo es gris. No tengo ganas de nada, solo de abrazarle. Quiérete, pero quiere a la persona con quién estés. Cuídate, y vuelve a enamorarte, no lo tengas miedo. 
Ojala estes leyendo esto con cierta lástima porque en ese momento seas completamente feliz, pero yo ahora no lo soy, me siento muy sola, y temo al futuro. Después de él, no veo más. Tengo la impresión de que esta herida jamás se cerrará. 
Tengo miedo de autodestruirme. No sé cuanto tiempo hará falta pero tengo que luchar hasta quedarme sin fuerzas. 
Le quiero más que mí; más que ti.

Siempre suya. 

Marina"


Reinas de la Maldad; sé que es muy raro que publique dos veces en la misma semana, y más seguidas, pero me apetecía compartir esto. Es algo que escribí hace un año. No sé si es bueno, o es malo. Realmente no me preocupa en absoluto, pero es lo más profundo y sincero que he publicado hasta ahora. 
Es algo que escribí y que realmente no pensaba publicar ni compartir nunca, pero la vida da muchas vueltas...
En otro orden de cosas, el sábado día 12 fue el cumpleaños del Blog, y tenía pensado publicar ese día pero estuve desde por la mañana haciendo cola para el concierto de Melendi, el cual fue una maravilla por cierto. Espero que podais perdonarme.
Seguid las novedades del blog en Twitter en @REINADELAMALDAD o en mi cuenta personal @MAARVILORIA

SIEMPRE VUESTRA, NUNCA (MÁS) SUYA.

domingo, 13 de octubre de 2013

Absurdo.

No encontré frase más cierta y que defina tan bien la situación en la que me encontraba “Es verdad nunca me dio esperanzas, pero tampoco me las quitó”. Ya lo decía Melendi, y no se equivocaba en absoluto, pura y cruda realidad.

La verdad, es que era una putada, y perdonad mi vocabulario, sé que no es lo que espera escuchar de la boca de una señorita, pero como he vivido tanto tiempo rodeada de putas he adoptado sus términos. Era una gran putada. Puede que no haya mayor dolor que el que te causas a ti mismo, por puro place, sadomasoquismo. No es la primera vez que lo digo, ni entonces fue la primera vez que lo pensé, pero somos adictos a sufrir.

Rompió su promesa de amor eterno porque yo estiré demasiado el fino hilo de la confianza y le regalé unas tijeras bien afiladas, que dudó en usar pero al final utilizó. En ese momento debimos de separar por completo todo aquello que nos unía, romper todo vínculo que pudiera relacionarnos y continuar en direcciones opuestas. Así lo hizo él. Y como siempre, la tonta fui yo.

Nunca he aceptado el “no” por respuesta, tal vez ese sea uno de mis mayores defectos y de mis pobres y firmes virtudes. Toda negativa era combustible para mi ambición; ambición de salirme siempre con la mía. Cuanto más rechazo, más empeño ponía y al final, todo aquello por lo que luchaba, me pertenecía. Y esa vez, no iba a ser diferente… o eso pensaba yo.
Mi vida giraba en torno a la idea de volver a hacerle mío, de hacerme suya, de ser nosotros y que le dieran viento fresco al resto. Y yo le sentía mío, yo me sentía suya pero aquello no era recíproco, por lo tanto aunque yo lo imaginaba nunca más hubo un nosotros. Pasaron días llenos de angustia y desesperación, de los cuales las noches, eran una copia burda y barata del más cruel de los infiernos. El dolor se convirtió en rutina. Me consumí, peleé, me arrastré, me enfrenté a todo aquel que me decía que no podría. Tú no sabes quién soy yo y todo lo que puedo conseguir, eso es lo único que pensaba yo. Me volví de piedra ante los ojos del mundo, y mi mundo seguía hundiéndose cuando sus ojos no estaban fijos en mí.
Me tuvo entre el sí y el no. Lo justo para tenerme ahí cuando no había otra y encontrar a otra mientras yo estaba ahí. Poco a poco se acabó la poca magia que quedaba entre nosotros. Él, que pensaba que yo no me enteraba, y yo que creía que él no sabía que me moría por todas y cada una de sus terminaciones nerviosas.

No quise más consejos, digamos que el “pasa página” ya le tenía más que aprendido, por lo menos en su parte teórica. No volví a creer nada de lo salió de su boca, aunque algunas cosas de las que dijo eran completamente reales y ciertas. Me cansé de jugar a un juego en el que yo no participaba. Seguía buscando el cómo y por qué, de que muchas madrugadas atrás, sin razón aparente, decidiera ponerle punto y final. Dicen que hay cosas que terminan sin motivo aparente, pues creo que ese era nuestro caso.

Probablemente yo olvidé decir que sí, que sí que quería estar siempre a su lado, y él tampoco insistió tanto. Yo pensaba que no era feliz, y él, obviamente se cansó de sonreír por los dos. En definitiva, la culpa fue de ambos, pero el castigo fue completamente mío. Yo me lo busqué, y a pesar de todo sigo sin saber perder. Me olvidó, como se olvida lo que uno ha comido antes de ayer. Y yo solo olvidé que había mundo más allá de las letras que encerraban su nombre.


Nunca me dijo que volvería, nunca salió de su boca. Pero yo que soy muy creativa, imaginé haberlo escuchado. O tal vez era lo que esperaba que tarde o temprano me dijera. “Quizá fue la puta de la duda la que me llevó al error”, otra vez Melendi, dando otro consejo. Pues sí, así fue y cometí el error más grandes que se puede cometer en esta vida. Renunciar a todo por algo que ya no vale nada. 

martes, 1 de octubre de 2013

¡OTOÑO!

Otoño.

Para mí, es nostalgia, es ver como empiezan otros nueve meses de espera hasta que el verano vuelva a llegar con ese sol que todo lo abrasa. Otoño es lluvia, es una tarde de domingo permanente, para pasar en pareja si la tienes.
 El otoño es mágico, siempre he pensado que es una época del año perfecta para enamorarse. Justo después de los desengaños amorosos que acontecen tras el verano y con un montón de tiempo por delante para disfrutar de un nuevo amor.

Y eso es de lo que tengo ganas. De conocer, de dejarme enamorar por mucho que me cueste. Quiero compartir manta y sofá, un café y un cigarrillo en cualquier tarde lluviosa. Un beso en medio de una tormenta.

El otoño, no es el fin; es un nuevo principio. Lleno de expectativas, no siempre favorables. Cambios, muchos cambios. Para mi este va a ser un año repleto de cambios, un otoño que quiera o no, traerá un año diferente.

Y habrá recuerdos. Claro que los habrá. Habrá que llorarlos, o quizá no. Tal vez sea momento de dejar atrás tantos veranos raros, tantos inviernos fríos y tantos otoños y primaveras llenos de lágrimas y desolación.

Por eso, este otoño lo que hay que ahcer es dejarse de papeles de dura y empezar a ser la clásica enamorada. Sí, la clásica enamorada que suspira con un par de rosas y una copa de champán francés. 

Hay que olvidarse de los chulazos de cazadora de cuero y empezar a mirar a aquellos que escriben una poesía cualquier noche de luna llena. Bueno, tal vez eso sea pasarse. Deja a ese cabrón, que ni te quiere, ni te valora y empieza a mirar por ti. Dale una oportunidad al mundo, y deja de pensar que tu mundo es él.

El Otoño es una preciosa oportunidad para empezar una nueva vida. ¿La vas a rechazar?

Yo, no pienso hacerlo.


¡Viva el otoño!

-Reinas de la Maldad. Inauguro Octubre como se merece. En poquísimos días, este blog cumplirá 3 años. Ni más, ni menos. ¿quién me iba a decir a mi que mis cuatro letras mal colocadas iban a llegar a tantas personas?
Estoy contenta. He empezado la Universidad la semana pasada y eso para mi va a suponer muchos cambios. Espero que positivos, ya me ireis leyendo. Muchas sabíais que pretendia dejar este espacio antes de que terminara el verano. De hecho, hasta hace dos horas yo pensaba que no iba a volver a escribir. Pero mala hierba, nunca muere. No sé cual será el futuro de esta web, pero habrá cambios. URGEN CAMBIOS. Me encantaria colaborar con otros blogs, o recibir ideas en lo que pongo las mias en marcha. En fin. No os entretengo más. EL twitter de El Rincón de la Soberbia está activo y podeis seguirlo en 

@ReinadelaMaldad

Os espero allí para que twitteeis, retweeteeis, faveeis o hagais lo que querais. 
Siempre vuestra, nunca suya.

Marina Viloria. (@maarviloria)