Hay etapas que deberían cerrarse. Para bien, o para mal; parece ser que todo lo que empieza, un día tiene que acabar. Ya no queda nada por lo que luchar, intentarlo, lo único que hace es alargar la agonía, te pillas los dedos intentando abrir esa puerta que hace rato que debería estar cerrada. Aunque no quieras, los caminos se separan, el café se enfría, las bombillas se funden, y tristemente, las personas cambian. Es inútil que sigas luchando por algo que no te va a llevar a ninguna parte, lo único que vas a conseguir es hacerte más daño. Y quieres desaparecer, porque parece que ya nada tiene sentido, porque el tiempo se ha detenido en el único instante en el cual no se tenía que haber parado. Una herida, no puede cicatrizar si no dejas de abrirla, supongo que eso pasa también con el corazón. Van a reírse de tu debilidad, de tus esperanzas. Ahora ya nada es igual, estás ciega, y eso es porque sigues enamorada, pero desgraciadamente para ti, el amor es cosa de dos. No te has dado cuenta de que este momento iba a llegar, y piensas que es el fin. Creías conocerle, tantas veces te juró amor eterno que sigues sin creerte que este sea el punto y final. Y constantemente te repiten que vales más que él, que no te merece, que puedes tener a quién quieras, y ninguno se da cuenta de que al único que quieres es a él. Nadie te entiende, nadie parece escucharte o tú no sabes explicarte, en esos momentos solía estar él. Quieres luchar por la opción de estar siempre con él, pero ya no luchas por él, estás luchando contra él, porque él ya no te quiere, ni siquiera sabrás si alguna vez lo hizo, o si solo has sido un bonito pasatiempo. Y recuerdas, recuerdas cuando te decía que te quería, que no había nadie más que eras una paranoica que solo estaba por y para ti. Crees que la culpa es tuya, pero la culpa es de los dos, aunque el castigo sea para ti. Y siento decirte que lo peor, está aún por llegar. Porque te sientes tan utilizada, tan sola, y estás tan aferrada al pasado, que vas a hacer lo que sea por verle, y vas a seguir inconscientemente buscando la manera de volverte a ver a su lado. Quieres gritarle, pegarle y besarle hasta dejarle sin respiración, aunque no sabes si alguna de las cosas que te dijo alguna vez.
Reinas de la Maldad, esta es la entrada numero 300 de El Rincón de la Soberbia. Gracias por estar siempre al otro lado de la pantalla, por el apoyo, por compartir vuestras experiencias y opiniones. Por inspirarme.
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Gracias por estar ahí durante casi dos años. Siempre vuestra, Marina Viloria.
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