A. de amar y no haber sido amada.

Voy a hablaros de amar. De querer no, de amar. De hacer de alguien tu punto de equilibrio, de que sea alguien la razón de tu existir. Se puede amar y no ser amado, en la mayoría de los casos es lo que sucede. Te desvives por alguien que no llega a sentir ni indiferencia por ti. Es muy amargo, pero si en algún momento llega a amarte, podrías perder el interés e incluso decepcionarte. Es ley de vida. Cuando amamos a alguien, deja de importar el cómo y el cuándo, solo importa si es con él. Dejan de tener sentido las palabras, las sonrisas siempre salen siendo de idiotas y el oxígeno deja de ser imprescindible. Amarse, es un deporte de riesgo que admite todo tipo de disciplinas y variantes, cada una más jodida y peligrosa que la anterior. Amar mata, ahoga y diseca todo lo que has deseado y querido tanto anteriormente. Cuando quieres dejar de amar, parece que solo serás capaz de escuchar todas las mentiras que empiezan por nunca más. Para amar bien, hay que haber odiado mucho, porque si nunca has odiado ¿Cómo sabes lo mucho que me amas?. Amar es droga, compromiso, masoquismo. Arriesgarse a fracasar -seguramente- estrepitosamente, se ama para caerse y levantarse no para estar siempre de pié. Porque un amor no sufrido no sabe igual que uno de esos tan deseados, soñados y llorados. Amar es valentía, es coraje y es riesgo. Amar algo imposible, algo que ya fue, y algo que con suerte -y poca probabilidad- algún día será. Amar es querer aunque no quieran, y suplicar que permanezcan a tu lado aunque hace rato que se fueron. Amar es contradecirse, trastornarse y soñar. Realmente amar no es tan bonito y tan utópico como nos muestran en las películas en más o menos noventa minutos. Por suerte o por desgracia las historias de amor, de amar, suelen durar más. Sí, amar tiene cosas buenas, algo bueno tendría que haber tras un estado de catastrófica deficiencia mental y dependencia emocional. Amar anula, dejas de ser tú para creer en un nosotros. Amar, estado de enagenación mental transitoria, etapa de celos y continuas dudas. Dependencia total de la otra persona. Amar, es vivirse al revés, comerse con los ojos, tocarse con los labios, saborearse con la piel y soñarse despierto. Amar es no pedir perdón porque no hay nada de malo. Y se ha olvidado mencionar el amar y ser amado, tan escaso como deseado, tan idílico como fugaz. Cuando en un silencio sobran las palabras, cuando el ruido de la calle suena a canción, cuando a las sonrisas, invita la casa. Amar es complicado y necesario. Es jugárselo todo a una carta, es arriesgarse a ganar y nunca, nunca, dejar de perder.

Reinas de la maldad. Llevo varias semanas trabajando en este texto, leyendo muchos borradores antiguos de entradas inacabadas que nunca llegué a publicar. Quería alcanzar la perfección en este texto, con esta entrada, escrita con mis más profundos sentimientos, con pinceladas de mi corta experiencia y mucho mucho miedo. Necesito, quiero y deseo que todos los que leáis esto, me deis vuestra opinión, dejad un comentario, anónimo, corto, crítico, en cualquier idioma. Quiero saber si le falla la forma, si es la estructura, si creéis en el contenido. Os aseguro que nunca, jamás un texto me ha había llevado más de 2 o 3 horas los que más me habían costado. Otra cosa, muchas gracias a los 1.000 seguidores de la página de tuenti "El Rincón de la Soberbia. Blog" a los más de 800 seguidores del blog como tal, a los más de 300 que me seguís en twitter y a todos los que me mandáis mails diciéndome mil cosas preciosas, gracias a los lectores de Estados Unidos, de América del Sur, Francia, Inglaterra, Rusia, Alemania, Finlandia, Suiza... y muchos etcéteras. Gracias a vosotros, españolitos, de toda la península e islas. Gracias por creer en mi sueño, en mi blog, en mi. Eternamente vuestra, Maar.