Reinas de la Maldad, ¿Que tal las vacaciones?. Feliz año dos mil doce. Siempre he dicho que este año se acabaría el mundo, por tocar los cojones porque cumplo 18... Espero que esteis pasando una felices fiestas con los vuestros. Sé que hacía bastante que no actualizaba para lo que suelo actualizar, pero he tenido problemas familiares, y desde aquí quiero darle todo el ánimo del mundo a mi abuela, que está ingresada otra vez, porque la quiero, porque se que se va a recuperar y porque es la mejor abuela del mundo, porque siempre estaré orgullosa de apellidarme Lizarralde. Y reinas de la maldad, gracias por empezar otro año conmigo, que espero que este lleno de éxitos y alegrías para vosotras y para mi. Un besazo enorme, siempre vuestra Marina Viloria.
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Porque sobre lo ideal, se ha escrito demasiado.
Soberbios, followers & cia
martes, 27 de diciembre de 2011
Decepción.
Si has decidido irte, vete. Vete ya, sin peros, sin reproches, sin remover el pasado. Vete con tu prepotencia, tu orgullo y tu egocentrismo. Con tus desconfianzas de los sábados y las disculpas de tus domingos. Coge todos tus te quieros, los detalles románticos. Llevate lo que algun día fuimos, llevate lo que siempre imaginamos ser. No me dediques insultos, ni sarcarmos, ni si quiera trates de hacerme sentir menos mal. Vete de mi vida, sin más, así lo has decidido, no me jures que no habrá segundas ni terceras ni quintas partes, eso, ya te lo aseguro yo. No me vengas con que la culpa es tuya, con que se nos acabó la magia, con que es lo mejor para los. Porque es lo mejor para ti, para mi lo mejor hubiera sido que tus rabietas de niño pequeño hubieran terminado cuando cumpliste 13 años, lo mejor para mi hubiera sido no conocerte nunca, y si te hubiera conocido, que no me hubieras tratado así jamás. La culpa es mía, la culpa es mía porque fui yo la que se imaginó una vida perfecta a tu lado, la que se imaginaba atardeceres llenos de amor, era yo; la que soñaba con encontrarte en el altar era esta triste ilusa. Ahora que todo ha terminado, ahora que este dolor me quema por dentro, he de confesarte algo, decepción tras decepción, disgusto tras disgusto, tú arrogante egocéntrico frío y calculador, has sabido meterte en mi corazón, has borrado todos mis sueños, y tu te has convertido en la única aspiración. Ahora vete, vete, y no vuelvas, aunque te grite que te quedes aunque te ruegue que te quedes un poco más. No me escuches, desaparece, porque aunque mi corazón grita tu nombre, mi cabeza pide libertad.
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Estoy contigo.
ResponderEliminarDe vez en cuando necesitamos perdernos y lo que menos necesitamos es que ese chico nos moleste o sea un imbécil. Hiciste muy bien.
Un besazo con tinta.