No encontré
frase más cierta y que defina tan bien la situación en la que me encontraba “Es
verdad nunca me dio esperanzas, pero tampoco me las quitó”. Ya lo decía
Melendi, y no se equivocaba en absoluto, pura y cruda realidad.
La verdad, es
que era una putada, y perdonad mi vocabulario, sé que no es lo que espera
escuchar de la boca de una señorita, pero como he vivido tanto tiempo rodeada
de putas he adoptado sus términos. Era una gran putada. Puede que no haya mayor
dolor que el que te causas a ti mismo, por puro place, sadomasoquismo. No es la
primera vez que lo digo, ni entonces fue la primera vez que lo pensé, pero
somos adictos a sufrir.
Rompió su
promesa de amor eterno porque yo estiré demasiado el fino hilo de la confianza
y le regalé unas tijeras bien afiladas, que dudó en usar pero al final utilizó.
En ese momento debimos de separar por completo todo aquello que nos unía,
romper todo vínculo que pudiera relacionarnos y continuar en direcciones
opuestas. Así lo hizo él. Y como siempre, la tonta fui yo.
Nunca he
aceptado el “no” por respuesta, tal vez ese sea uno de mis mayores defectos y
de mis pobres y firmes virtudes. Toda negativa era combustible para mi
ambición; ambición de salirme siempre con la mía. Cuanto más rechazo, más
empeño ponía y al final, todo aquello por lo que luchaba, me pertenecía. Y esa
vez, no iba a ser diferente… o eso pensaba yo.
Mi vida
giraba en torno a la idea de volver a hacerle mío, de hacerme suya, de ser
nosotros y que le dieran viento fresco al resto. Y yo le sentía mío, yo me
sentía suya pero aquello no era recíproco, por lo tanto aunque yo lo imaginaba
nunca más hubo un nosotros. Pasaron días llenos de angustia y desesperación, de
los cuales las noches, eran una copia burda y barata del más cruel de los
infiernos. El dolor se convirtió en rutina. Me consumí, peleé, me arrastré, me
enfrenté a todo aquel que me decía que no podría. Tú no sabes quién soy yo y todo lo que puedo conseguir, eso es lo
único que pensaba yo. Me volví de piedra ante los ojos del mundo, y mi mundo
seguía hundiéndose cuando sus ojos no estaban fijos en mí.
Me tuvo entre
el sí y el no. Lo justo para tenerme ahí cuando no había otra y encontrar a
otra mientras yo estaba ahí. Poco a poco se acabó la poca magia que quedaba
entre nosotros. Él, que pensaba que yo no me enteraba, y yo que creía que él no
sabía que me moría por todas y cada una de sus terminaciones nerviosas.
No quise más
consejos, digamos que el “pasa página” ya le tenía más que aprendido, por lo
menos en su parte teórica. No volví a creer nada de lo salió de su boca, aunque
algunas cosas de las que dijo eran completamente reales y ciertas. Me cansé de
jugar a un juego en el que yo no participaba. Seguía buscando el cómo y por qué,
de que muchas madrugadas atrás, sin razón aparente, decidiera ponerle punto y
final. Dicen que hay cosas que terminan sin motivo aparente, pues creo que ese
era nuestro caso.
Probablemente
yo olvidé decir que sí, que sí que quería estar siempre a su lado, y él tampoco
insistió tanto. Yo pensaba que no era feliz, y él, obviamente se cansó de
sonreír por los dos. En definitiva, la culpa fue de ambos, pero el castigo fue
completamente mío. Yo me lo busqué, y a pesar de todo sigo sin saber perder. Me
olvidó, como se olvida lo que uno ha comido antes de ayer. Y yo solo olvidé que
había mundo más allá de las letras que encerraban su nombre.
Nunca me dijo
que volvería, nunca salió de su boca. Pero yo que soy muy creativa, imaginé
haberlo escuchado. O tal vez era lo que esperaba que tarde o temprano me
dijera. “Quizá fue la puta de la duda la que me llevó al error”, otra vez
Melendi, dando otro consejo. Pues sí, así fue y cometí el error más grandes que
se puede cometer en esta vida. Renunciar a todo por algo que ya no vale nada.
Le sigues queriendo. Se nota en tus palabras. Habras dejado de luchar pero no has dejado de sentir
ResponderEliminarMe siento muy identificada con esto porque aun no he olvidado a mi ex novio el lo sabe y se aprovecha de mi cuando alguna guarra le falla. ¿Saldremos de esta?
ResponderEliminarSe me han saltado las lagrimas al leer este texto, es tan real lo que cuentas que me asusta pasar por ello. Lo has tenido que pasar muy mal. Luchar por algo que como dices sabes que es imposible pero seguir intendolo tiene que ser muy duro
ResponderEliminarInsuperable. Feten.
ResponderEliminarTodo lo que escribes es perfección.
ResponderEliminarYo no lo llamaría así pero gracias supongo
EliminarPuedes fingir que te da igual, pero en realidad te importa, te importa mucho y no sabes como arreglarlo, hacer que salga de tus pensamientos y de tu vida..."borrón y cuenta nueva" sería la frase que te convendría aplicar, pero es duro cuando crees que ya lo has hecho. Date tiempo, disfruta que con el tiempo irá desapareciendo de tus pensamientos, y no te centres en los recuerdos, porque de ahí, no va a desaparecer, nunca. Y nada de sadomasoquismo, no te lo mereces.
ResponderEliminarun beso, y pásate cuando quieras por mi "casa", que siempre serás bien recibida.
Muchas gracias por pasarte por aquí susana. La verdad es que es un consejo que siempre se da, pero lo peor es como dices, cuando crees que ya has hecho todo lo posible por alejarte y olvidarte. Un beso enorme, y gracias de nuevo
ResponderEliminares genial ,sigue así
ResponderEliminarte crees que el mundo esta a tus pies y que le mundo gira entorno a ti , estas muy equivocada , lo siento , siento decírtelo así. desde el colegio San José , que te conocemos, por desgracia muy bien . la lengua te pierde.
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