Frío hasta en los huesos.

Un invierno más. Este parece que va a ser frío, más frío que el anterior. No sé que tienen los inviernos que me sientan mal, el frío se mete entre los huesos y me pone la piel de gallina, y ya no hay nadie que vaya a abrazarme cuando empiece a tiritar. Tú tan calido y tan lejos, vuelvo a echarte de menos. La gama cromática de marrones, grises y negros que veo por la calle me deprime, botas de agua, bufandas y paraguas, sigue lloviendo y tú sin volver. El pelo encrespado, la ropa calada, los labios morados y la piel seca, palida y agrietada; y tú que me hacias sonrojar, no apareces. Serán estos amaneceres tardíos, o los atardeceres que mueren pronto y mal, no sé, el caso es que no me gusta, era más fácil cuando estabas tú. Niebla, heladas y desgraciadamente la nieve nunca cuaja, que buenas tardes podríamos pasar acurrucados bajo una manta.
Aunque bueno, serán solo un par de meses, luego, llegará la primavera, que siempre acaba llegando te guste o no, y los días serán más largos, recuperaré el color y tal vez entre el colorido que veré en la calle, aparezca alguien que me haga sonrojar, no del mismo modo que lo hacías tú, probablemente más y probablemente mejor.

Reinas de la Maldad, como veis sigo utilizando blogger para móviles, estoy de exámenes y no tengo tiempo ni de sentarme frente al ordenador. Sí, he seguido un poco la línea del otro día, un poco melancólica y tal vez amarga de tanto azucar. No sé, nunca me ha gustado el invierno, anhelo el verano, y anhelo tantas cosas... ¿Preferís el invierno o el verano? Queda clara mi respuesta ¿Verdad?. Espero vuestros comentarios, y estoy en twitter, @maarviloria. Siempre vuestra.